No creo en religiones, dioses, salvadores
o mesías. Por ende tampoco creo que existan el cielo, el infierno o el
purgatorio. Menos creo resurrecciones o reencarnaciones. Lamentablemente sólo
creo que hay una vida...esta. Más allá no hay nada, sólo queda la energía y el
recuerdo de aquellos que me conocieron, bueno o malo según me haya comportado
en esta, mi única vida.
Es triste y
desesperanzador pensar que cuando se apaga la luz llega la nada, pero también
lo es vivir creyendo que la felicidad nos espera en otro lado, en otra vida mejor.
Y es por eso que
yo, aquí y ahora vivo, como me sale, como puedo, como creo que es la mejor
manera. Sin esperar perdones ni redenciones. Creo que aquí y ahora es el
momento de ser una buena persona, aquí y ahora es el momento de buscar la
felicidad.
Aquí y ahora es tiempo
de decirle alguien cuanto lo quiero, de abrazarlo tan fuerte hasta casi
asfixiarlo. Aquí y ahora tengo la oportunidad de hacer reír a alguien y que
entonces sea feliz. Sólo aquí y ahora es posible ver a alguien sonreír y que me
haga feliz.
Únicamente aquí y ahora puedo amar tanto a alguien hasta el
punto de que ya no queden palabras, gestos o acciones que puedan expresar cuán
grande y reconfortante es ese sentimiento.
Mi vida es aquí y ahora…ojalá lo hubiese
aprendido antes.
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